Más allá de los Pedales: La logística que se está pasando por alto

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No hay duda de que la bicicleta de carga eléctrica está cambiando rápidamente los paisajes urbanos, con un número cada vez mayor de ciudades a nivel mundial que invierten en infraestructura y políticas para apoyar este modo de transporte logístico limpio y eficiente. Sin embargo, un aspecto crucial se pasa por alto con demasiada frecuencia: su implementación a largo plazo.

Si bien, el concepto de flotas comerciales de bicicletas eléctricas promete una gran cantidad de beneficios, desde la reducción de emisiones hasta la mejora de la movilidad urbana, la realidad puede no estar a la altura si las empresas carecen de los recursos o las soluciones para gestionar las flotas de manera eficaz. Esta brecha entre la idea y su implementación a largo plazo representa un riesgo significativo para la transición: las empresas podrían terminar ralentizando sus esfuerzos o incluso volver a los modos tradicionales de transporte de mercancías. Esto no solo llevaría a un retroceso en el sector del transporte, sino que también podría resultar en pérdidas financieras y desperdicio de recursos para las empresas.

Tomemos París, un claro líder en la transición hacia la “soft mobility” en el ámbito público y comercial. La ciudad está utilizando los próximos Juegos Olímpicos como catalizador para impulsar a las empresas a adoptar opciones más ecológicas. París ofrece incentivos atractivos como subsidios de compra para bicicletas de carga eléctrica y la implementación de restricciones viales adicionales. Por ejemplo, han creado una Zona de Bajas Emisiones, aumentarán las tarifas de estacionamiento para las SUV y están llevando a cabo un Plan Integral de Ciclismo 2021-2026 para que la ciudad sea “bike friendly”. La ciudad esencialmente está creando un entorno donde las opciones sostenibles se vuelven más atractivas financiera y operativamente, al tiempo que desincentiva la dependencia de vehículos contaminantes.

Sin embargo, simplemente comprar una bicicleta de carga eléctrica para reemplazar una camioneta es solo la punta del iceberg. Las organizaciones deben desempeñar un papel crucial en la ejecución de la transición. ¿Cómo se encuentran conductores para estos vehículos? ¿Cómo se asegura de tener una flota funcional y disponible cada mañana? ¿Cómo se reduce el riesgo de que una bicicleta sea robada o defectuosa? ¿Cómo se asegura de que este nuevo vehículo costoso dure el mayor tiempo posible? ¿Qué pasa si no puede comprar y prefiere alquilar o arrendar? ¿Qué pasa si desea cambiar o actualizar su flota para diferentes casos de uso?

Este es el espacio en el que vive Zoomo, el "postventa". Nos hemos asociado con algunos de los principales fabricantes de bicicletas de carga, como VOK, para que la transición a largo plazo sea lo más fácil posible. VOK, un fabricante estonio de bicicletas eléctricas cuádruples, produce bicicletas eléctricas de carga que reemplazan furgonetas distribuidas por Zoomo a clientes como Veolia en Francia a través de opciones de compra o alquiler, complementadas con mantenimiento regular, una plataforma de gestión de flotas para el seguimiento de activos y un seguro flexible contra robo y daños a través de LAKA.

Al externalizar el mantenimiento de bicicletas de carga eléctricas a Zoomo, las organizaciones pueden centrarse en cumplir con sus objetivos comerciales principales. Este enfoque proactivo elimina las posibles interrupciones asociadas con los desafíos de reparación interna, como la búsqueda de técnicos calificados para abordar problemas mecánicos imprevistos con bicicletas de carga eléctrica utilizadas para entregas críticas.

Como vehículo relativamente nuevo y en evolución, las bicicletas de carga eléctrica todavía tienen una mayor demanda de mantenimiento que los vehículos de motor convencionales. La mayor inversión es esencial para impulsar una mayor innovación y reducción de costos para hacer que las bicicletas de carga sean aún más competitivas.

Indrek Petjärv, cofundador y director ejecutivo de Vok Bikes, agrega que las opciones de financiamiento para las empresas son clave para pasar de furgonetas voluminosas y, a menudo, alimentadas con diésel a bicicletas de carga eléctricas ágiles y sostenibles. “Al final del día, la sostenibilidad ecológica es una buena ventaja, mientras que la sostenibilidad financiera es una necesidad absoluta para cualquier negocio. Las bicicletas de carga para trabajo pesado de grado comercial como Vok se encuentran actualmente en el mismo rango de precios que las furgonetas más pequeñas; esta última viene con numerosas posibilidades de financiamiento, ninguna de las cuales implica pagar directamente miles por adelantado ”.

La situación varía en diferentes mercados, pero un numerador común es la escasez de soluciones creativas para motivar a los proveedores de financiación a desarrollar productos de financiación dirigidos directamente a las empresas que adquieren bicicletas de carga. “Las subvenciones son definitivamente importantes, pero según nuestra experiencia, es fundamental tener opciones de leasing y alquiler disponibles”, añade Petjärv.

La infraestructura ciclista debe adaptarse a las grandes bicicletas de carga para aprovechar los beneficios de eficiencia al no atascarse en el tráfico. Al mismo tiempo, debe tener en cuenta las condiciones necesarias para fomentar el uso de la bicicleta por personas de todas las edades y capacidades. Además, se deben considerar más subvenciones y programas para los gastos operativos, como ColisActiv, que deberían incluir soporte de mantenimiento. Existe una miríada de estrategias innovadoras para reducir las barreras al uso de bicicletas eléctricas para el transporte de mercancías. Pero al final del día, lo más importante es un vehículo en buen estado y funcionando.

Si bien los Juegos Olímpicos pueden proporcionar un catalizador temporal para la transición, garantizar que las bicicletas de carga para fines comerciales prosperen y se conviertan en uno de los legados olímpicos duraderos de París requerirá un enfoque mucho más amplio. Se requiere un esfuerzo sostenido y completo por parte de las ciudades, las empresas y organizaciones como Zoomo para integrar permanentemente estos vehículos en el tejido urbano. Son esenciales políticas integrales, infraestructura sólida y programas continuos de educación y mantenimiento. Por lo tanto, el verdadero legado radica en cómo las ciudades y las empresas integran y gestionan estas bicicletas de carga después del evento.

No perdamos esta oportunidad de convertir una iniciativa como esta en una solución permanente y sostenible.